El espectáculo presenta distintas dinámicas que nacen a través de juegos simples y reconocibles. Con este punto de partida y con las pautas que marca el propio grupo, se desarrolla un lenguaje de movimiento que acaba por construir estructuras más complejas y virtuosas.

Es con este lenguaje y con la estructura dramática que se pretende generar una propuesta llena de vitalidad, humor y plasticidad, creando nuevas oportunidades de relacionarnos entre nosotros. En Rienda Suelta también se plantea la relación entre los intérpretes y el público. ¿Cómo las dinámicas que crean un grupo de personas pueden sentirse como identidad propia y, al mismo tiempo, invitar a los espectadores a que se contagien de una misma energía, de una misma vivencia? En el espectáculo se desdibuja la línea que separa el espacio escénico del resto del espacio público, haciendo que los intérpretes puedan estar inmersos entre el público y que se cree una relación tan cercana que, por momentos, no pueda diferenciarse .